Prológo
Title Page || 1: Las Expediciones Maritimas
El Presidio
Esta es la historia del real ejército en California; de los hombres
que integraron sus cuadros; de los jefes y oficiales que guiaron, dirigieron y crearon una
nación; de las estructuras jerárquicas y físicas que se levantaron; la historia, enfin,
de uno de los tres componentes, talvez el más importante, de la colonización de
California. En efecto, la historia demuestra que entre misión, pueblo y presidio, fue
este último, el elemento militar, el que hizo posible la existencia de los otros dos.
La estructura física básica fue el presidio y la jerárquica, fue
paralela a ésta: la compañía presidial. El origen latino de la palabra
"presidio", presidium, era una guarnición o puesto militar
destinado a dar protección a un punto estratégico apartado, importante porque dominaba
vías de comunicación. En castellano se usó para designar las guarniciones españoles en
Marruecos desde 1570 y hasta 1817, la Real Academia definía el término como
"guarnición, puesto militar". Como las plazas de Marruecos se llenaban con
convictos peninsulares, la palabra vino a significar también "establecimiento
penitenciario" al parecer, expresión generalizada en el mundo hispano. Sólo en la
Nueva España conservó su significado romano.
Los primeros establecimientos se llamaron "fuertes" como lo fue el de
Montesclaros, establecido por el virrey Monterrey y que dio su nombre al río vecino, Río
del Fuerte. En el resto de América se les reconoció como fuertes, fortalezas, fortines y
hasta por el antiguo nombre incaico: pucará. Aunque los primeros presidios mexicanos
datan de 1570, el primer presidio de la frontera norte se erigió en 1617. En ese año el
gobernador Alvear enviaba tres compañías de soldados con la misión de poner término a
las rebeliones indígenas de la frontera, diciendo: "De hoy más pretende el
gobernador presidiar la tierra y segurar el camino con escoltas".
Esta orden resultó en la fundación del Presidio de Santa María de los Tepehuanes, el
primero que serviría de asiento a una guarnición militar en la frontera.
Los puestos militares españoles eran instituciones formadas por la experiencia militar
acumulada a través de siglos. Primero fueron los presidios romanos para contener las
tribus bárbaras de íberos, celtas y vascones. Puestos similares debieron enfrentar más
tarde a vándalos y godos. Los setecientos años de guerras moriscas constituyen otro
acervo importante en la historia y desarrollo del presidio. Las guerras de Africa, los
fuertes de las fronteras del imperio en América, todo había contribuido a adoptar un
tipo de fortificación que para su tamaño e inversión, obtenía óptimos resultados en
la frontera norte de la Nueva España. Fue bajo estas condiciones en que se hermanaron el
fraile misionero y el soldado presidial. El primero preparaba la frontera para la
ocupación de colonos y convertía a los aborígenes, el militar protegía a ambos. Este
sistema, a pesar de algunos fracasos en Texas, había funcionado tan bien que era lógico
aplicarlo a la nueva frontera que se abría en California. Ya se verá más adelante que
el método funcionó mejor que en ninguna otra región.
Las plantas físicas de los presidios de California difieren muy poco entre sí. Se
trataba de estructuras cuadrangulares con paredes de adobe de gran espesor. Hacia el
interior, estaban las construcciones de un sólo piso que servirían de cuarteles, casas
de oficiales, bodegas, guardia, calabozo, talleres y otras dependencias. Lugar prominente
ocupaba la capilla. La plaza de armas se mantenía despejada y constituía el centro del
presidio. En dos esquinas diagonalmente opuestas, se levantaron bastiones con troneras
para dos cañones, de manera que pudieran barrerse los cuatro costados del fuerte con
fuego de artillería. La casa del comandante era, como es lógico, la mejor del recinto.
Los corrales para los animales estaban afuera de la pared, aunque en algunas ocasiones se
construyeron adentro y las paredes interiores contenían pesebreras para algunos caballos.
La importancia del caballo no puede exagerarse. La gran diferencia entre el enemigo
indígena de la frontera norte y el de California la constituyó el uso del caballo. Las
tropas presidiales habían aprendido bien la dura lección: el acceso al caballo tenía
que ser vedado al aborigen. El indio montado podía incursionar por la frontera, robar
caballos, ganado vacuno, atacar sorpresivamente y retirarse impune. Desde un comienzo, la
autoridad militar de California se empeñó en no permitir cabalgar a los indios. Al
privarsele de la movilidad se conjuró en gran parte el peligro del ataque sorpresivo.
El presidio californiano se diferenciaba de los de la frontera norte en que estaban
todos situados frente al mar y debían defender los desembarcaderos. Para esto se
construyeron baterías, fuertes o castillos servidos en parte por la tropa regular y en
parte, por soldados del Real Cuerpo de Artillería.
La tropa estaba formaba por el sufrido dragón o "soldado de cuera" que se
vió a veces reforzado por tropas regulares como los voluntarios catalanes o la
infantería de San Blas. Artilleros milicianos los secundarían en algunas ocasiones.
Los presidios se establecieron con un doble propósito. Primero estaba la ocupación
del territorio para protegerlo de la ocupación de una potencia extranjera. El segundo
objetivo era proteger a los misioneros que se establecerían bajo su custodia. Una tercera
meta surgió después: el establecimiento de poblaciones civiles.
Cuando se considera el verdadero objetivo del presidio se comprueba que cumplió
admirablemente su meta. Bastó su sola presencia para que las potencias rivales no
intentaran ocupar el territorio. Es verdad que los rusos establecieron una colonia un poco
más norte del límite presidial. Es también cierto que una expedicion corsario ocupó,
saqueó y quemó la capital del territorio. Pero estos fueron incidentes que a larga
resultaron sin importancia. El intento de ocupar Nutka fracasó por asuntos políticos
totalmente ajenos a lo que ocurría en el territorio, aunque debe considerarse un puesto
demasiado apartado para extenderle la protección que necesitaba. España, gracias a los
presidios, conquistó, convirtió, protegió y pobló el territorio.
La protección de los misioneros fue constante. No fue necesario librar grandes
batallas, ni destacar fuertes guarniciones. Bastó la sola presencia del soldado de cuera,
con sus armas, su caballo y sus conocimientos, para mantener a raya al indígena. Los
pequeños destacamentos que protegieron las misiones, conocidos como
"custodias", cumplieron fielmente su objetivo. La exploración del territorio
fue un beneficio adicional que España obtuvo de la tropa presidial.
Por último, la tropa presidial fue la que proveyó de brazos para crear los pueblos y
de almas para poblarlos. Neve escogió soldados veteranos como primeros pobladores de San
José y Los Angeles. Y no deja de ser significativo que el único pueblo fundado con
colonos especialmente enviados, Branciforte, tuvo el más rotundo fracaso. Los antiguos
soldados,"los inválidos", contribuyeron a su vez a poblar no sólo los dos
pueblos sino a crear pequeñas poblaciones alrededor de los presidios y las misiones que
con el tiempo serían grandes ciudades. Fue el origen de las actuales Santa Barbara, San
Diego, Monterey, San Francisco, San Rafael y otras.
Cabe por último considerar la importancia de los presidios. Sin el real ejército las
misiones no habrían sobrevivido. Sin el real ejército no se habrían fundado Los Angeles
ni San José. Vale la pena mencionar que ambas ciudades se fundaron con el objeto de
promover la agricultura, industria indispensable en el mantenimiento de los presidios.
Más tarde, las misiones proveerían de alimento y hasta de abrigo a los soldados del rey,
justa compensación por los servicios de protección prestados por los militares.
En el presente estudio se espera demostrar que fue el presidio y su compañía
presidial, la más importante institución española en California, el elemento
indispensable en la conversión y colonización del territorio y sus habitantes.